Pusimos los majuelos en aceite de oliva, lo trituramos todo con la batidora y a esperar.
Pasados 40 días, por los menos, nos pusimos manos al jabón.
Esta vez en lugar de dejar escurrir el aceite decidimos pasarlo por el pasapurés, por cierto, no fue una buena idea porque los majuelos tienen una pita muy dura, así que después de pelearnos con la mezcla obtuvimos el deseado aceite macerado.
Como receta utilizamos la misma que para los jabones de rosa mosqueta y para aromatizar utilizamos aceite esencial de palo rosa.