Hoy hemos vuelto a uno de nuestros jabones favoritos, el de frutillos de rosa mosqueta.
La receta es la misma que utilizamos siempre, la única diferencia es que esta vez recogimos los frutillos cuando estaban más maduros y llenos de grasita lo que hizo que el aceite macerado quedara muchísimo más rojo.
El color a óxido a quedado chulísimo, seguro que si queremos que vuelvan a quedar igual no lo conseguimos.
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