Para estos fines de semana que están viniendo tran fríos os animo a hacer unas rosquillas para la merienda o el café de la tarde. Son muy fáciles de hacer, incluso para las que no somos unas grandes cocineras (a mí me recuerdan a mi madre y me traen unos gratos recuerdos de la infancia). A los niños les encantan y se divierten mucho haciéndolas. Mis hijas se encargaron de darles forma a las rosquillas y de echarlas el azúcar, ¡fueron las primeras en probarlas!.
- 2 huevos
- 6 cucharadas de leche
- 6 cucharadas de aceite
- 2 cucharadas de anís
- 100 gr. de azúcar
- 15 gr. de levadura
- ralladura de corteza de limón
- 375-400 gr. de harina
Separamos las yemas de las claras y montamos éstas últimas a punto de nieve. En otro recipiente echamos las yemas, la leche, el aceite, el anís, el azúcar y la ralladura de limón y lo mezclamos bién. Una vez mezclado le añadimos las claras montadas.
Mezclamos la levadura con el harina y lo vamos añadiendo poco a poco a la mezcla. Cuando la masa empieza a endurecerse la trabajamos con las manos.
Aunque no hace falta reposar la masa para poder hacer las rosquillas, yo la dejo media hora aproximadamente.
Se fríen en abundante aceite.
Cuando se sacan del aceite se deben dejar sobre papel absorbente. Antes de que se enfríen, se espolvorean con azúcar normal o glas, depende de gustos.
Os animo a hacerlas, lo pasareis muy bien y se hacen en un ratito.
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